Lesiones de hombro 1: el síndrome subacromial
El síndrome subacromial es un cuadro clínico que produce dolor en el hombro insidioso, progresivo y mecánico. Este dolor no aparece de repente, empieza levemente y con el tiempo produce además de dolor agudo, impotencia funcional. Descubre cómo prevenirlo.
La articulación del hombro es una de las que más sufre lesiones en cualquier deporte de raqueta como el tenis o el pádel, en donde es habitual que se presenten múltiples lesiones de hombro relacionadas con estos. (Hombro de tenista)
Existen dos patologías que por su incidencia, están muy presentes tanto en el pádel profesional como amateur: aquellas relacionadas con un atrapamiento subacromial y las que tienen relación con una inestabilidad glenohumeral.
El síndrome subacromial puede considerarse una de las lesiones de hombro y la dolencia más frecuente dentro del pádel, y se produce por un conflicto de espacio existente entre acromion, cabeza humeral y ligamento acromioclavicular, y las estructuras que atraviesan dicho espacio: tendón largo del bíceps braquial, manguito de los rotadores (supraespinoso, infraespinoso y redondo menor) y bolsa serosa.
Como siempre, el gesto técnico es fundamental, y cuanto más depurado sea, menos probabilidades hay de padecer esta patología.
Pero además hay que tener en cuenta distintos factores predisponentes que pueden aumentar dicha probabilidad, como la edad, lesiones anteriores, tratamientos con corticoides, actitudes posturales, esfuerzos físicos relacionados, tipo de acromion (según la clasificación de Neer), etc.
Estos factores pueden incidir en mayor o menor medida en que la lesión se produzca por sí misma o que la práctica del pádel pueda acelerar el proceso.
Durante la práctica deportiva, tanto con golpeos diestros o de revés, se imprimen rotaciones de la cabeza humeral que pueden producir ciertos roces dentro del espacio subacromial.
Esto, por sí solo, puede ocasionar dolores, pequeñas tendinitis o alguna bursitis que con reposo, tratamiento antiinflamatorio y fisioterapia pueden mejorar.
Sin embargo, no ser consciente del problema puede empeorarlo, y si por ejemplo le sumamos la presencia de osteofitos (picos óseos) o una calcificación excesiva del ligamento acromioclavicular, muy común en procesos artrósicos relacionados con la edad o con traumatismos anteriores, puede favorecerse la erosión de alguna de las estructuras que atraviesan dicho espacio.
Suele ser muy común el rasgado intrasustancia del tendón del supraespinoso, que puede tener un efecto cremallera e incluso provocar una rotura completa del tendón.
Biomecánicamente, las lesiones de hombro provocan que durante la elevación del brazo la cabeza del húmero no descienda, lo que origina una disfunción de la articulación glenohumeral, que puede desencadenar una cadena lesional que afecte a distintas estructuras del hombro, cintura escapular, cuello y espalda.
Si repasamos esta fisiopatología podemos ver que si no trabajamos el gesto técnico pueden iniciarse ciertos problemas, y que si no damos importancia a éstos existe la posibilidad de que aparezcan complicaciones que limiten mucho nuestra capacidad funcional, llegando incluso a producir un problema crónico de muy difícil resolución.
Recuerda que la patología y las lesiones de hombro son muy comunes en el pádel, y que si no prestamos atención a los primeros síntomas es posible que debamos abandonar a la larga y de manera permanente la práctica de este deporte.
Al menor síntoma consulta con tu fisioterapeuta.
Alberto Marquina Rodriguez
Fisioterapeuta
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